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XII Seminario Internacional de Tai Chi Chuan de la Familia Yang Sao Paulo 2012 (Impresiones de un recién llegado)

noviembre 25, 2012

San Pablo desde el arribo al aeropuerto de Guarulhos, produce un impacto similar a un “cambio de dimensión” para un montevideano corriente sin mucha experiencia en visitar ese tipo de mega- ciudades.

Imponentes edificios, típica vista del centro de Sao Paulo

Todo resulta enorme, multitudinario e impersonal, pero a la vez ordenado.

Para ir del aeropuerto al hotel subimos a un ómnibus que nos llevó hasta una terminal de subte, bajamos y subimos escaleras mecánicas, atravesamos por molinetes, cambiamos de línea, pasamos por varias estaciones y anduvimos subterráneos de última generación. Cargando valijas, mochilas, mates, termos y espadas, nos cruzamos con masas de gente que circulaban sin mostrarse nerviosos, llenando los largos corredores y túneles. Un error en la dirección a tomar o en la interpretación de la multitud de carteles y señales que intentan poner orden en ese laberinto, podía llevarnos a quién sabe dónde; por lo que no hubo oportunidad de “pararse a mirar”. Salidos por la boca de la estación Faría Lima, caminamos unas cuadras hacia el hotel por una calle llena de tiendas y comercios de artículos baratos por la que la gente se movía apretada.

La gente parece programada para seguir rutinas prefijadas que se cumplen, algo que sorprende y resulta poco explicable para alguien acostumbrado a lo imprevisible y algo caótico de los ritmos de nuestra ciudad. Se reitera la sensación de un orden invisible que hace que esa enormidad se muestre como una sociedad en movimiento.

Entender el portugués que hablan los paulistas: empleados de hotel, vendedores, “motoristas” y la gran mayoría de la gente,

Avda. Paulista, corazón de Sao Paulo

no es para cualquiera; pero todos ponen una gran buena voluntad y tratan de ayudar y hacerse entender, y así, todo se vuelve posible.

San Pablo es una ciudad inabarcable, casi infinita y variada; cruzada por grandes avenidas que unen las múltiples localidades por las que se extiende. En ellas se asientan parques, zonas residenciales, centros comerciales, barrios, etc. El centro de la ciudad, o cada uno de ellos, sorprende por sus enormes edificios de arquitectura ostentosa, coronados con frecuencia por pistas para helicópteros. En pocas cuadras, o decenas de metros, el panorama puede cambiar en forma sorprendente. De una calle llena de gente, ómnibus y comercios, se camina de pronto por cuadras tranquilas de casas bajas. En media hora de bus uno puede recorrer escenarios completamente distintos, o en el medio de una cuadra de barrio se puede alzar un moderno edificio de apartamentos de casi 30 pisos.

El martes conocimos la sede Sao Paulo de la Sociedade Brasileira de Tai Chi Chuan ,un lugar sencillo pero amplio, que ocupa un piso ubicado en un barrio muy bonito llamado Jardim Paulista. Las paredes están llenas de fotos, recortes de diario e imágenes que muestran a los maestros, dan cuenta de la trayectoria impresionante de los directores del Yang Cheng Fu Tai Chi Chuan Center de Sao Paulo, Angela Soci y Roque Severino; o destacan a los premiados integrantes del equipo brasileño en las competencia de Shangxi de éste año.

Junto a nuestra hermana de práctica, Malú, de Porto Alegre

Todos nos reciben con gran amabilidad y cariño, lo que hace que los nuevos nos sintamos rápidamente como en casa. Paula y Vania, dos practicantes de alto nivel del centro, que se multiplicaban en cubrir todos los aspectos organizativos del seminario, nos ayudaron y acompañaron en forma permanente a pesar de sus ocupaciones.

Tuvimos la oportunidad de participar de dos de las clases que se imparten en forma corriente en el centro. Los grupos reúnen a personas de edades y características bien variadas, y se destaca el compromiso con la práctica y el conocimiento de los movimientos. En una de esas clases Angela mostró en 15 minutos un par de ejercicios que nos hicieron avizorar alguno de los aspectos más profundos del Tai Chi. Fue algo como una especie de vistazo hacia la dirección a la que apunta el camino de la práctica. Un adelanto de las experiencias y aprendizajes que iríamos recogiendo en los próximos días.

Gimnasio principal del SESC.

El jueves 15 asistimos al seminario de sable brindado por el Maestro Yang Jun. El lugar, un también enorme y moderno centro deportivo y social de 7 pisos, con numerosos ascensores y pleno de actividades. Eramos alrededor de 80 practicantes reunidos en una cancha de básquetbol amplia e iluminada por luz natural. El maestro, subido en una plataforma, explicó en su inglés básico, pero preciso, cada uno de los movimientos en detalle, sus aplicaciones y advertía una y otra vez sobre los defectos más comunes. Comenzó y se detuvo en varias oportunidades para realizar consideraciones de tipo general sobre los fundamentos del Tai Chi, del arte del sable, su historia y características.

La forma de sable es corta y genera mucha energía. A pesar de que cada movimiento se ensayaba por separado, era fácil percibir esa carga y despliegue de enorme potencial energético que envuelve al practicante aun sin experiencia. Razón por la cual para conservar el equilibrio, ésta forma se debe considerar y ejercitar como parte de las diferentes prácticas del estilo: forma de mano vacía, tui shou, forma de espada, etc.

Los profesores Roque Severino y Sergio Arione (a cargo de los centros de Montreal en Canadá y de Mendoza) se ubicaron estratégicamente en los extremos del gimnasio, siguiendo la clase como cualquier otro alumno, al tiempo que apoyaban a los participantes con menos experiencia.

Esa actitud de humildad constituye una característica general del estilo que practicamos, del que es ejemplo el propio Yang Jun. Comportamientos, gestos, palabras y actitudes que evitan la ostentación de conocimientos o el despliegue escénico de una personalidad. El saber aparece como algo natural que va fluyendo a medida que es necesario, que se transmite en base a conceptos y ejemplos que aparentan ser sencillos y que el participante parece ir descubriendo por sí mismo. Hasta que en un momento, uno comienza a intuir la enormidad de la sabiduría que posee esa persona que se nos presenta sencillamente, en camiseta, jogging y championes.

Junto a los Maestros Yang Jun, Fan Hong y su hijo Jason.

Para el seminario de tres días sobre la forma de 103 movimientos, se reunió el equipo completo de la Celeste, llegaron Jaqueline y Mónica, apareció la bandera y circularon los mates por aquí y por allá convidando a los colegas de los países participantes, en un ambiente de gran confraternidad. Porque se trató de un seminario efectivamente internacional, al que asistieron practicantes de Argentina, Chile, Venezuela y Bolivia, además de brasileños de distintos estados.

La maestra Fang Hong, al igual que su esposo Yang Jun, mostró que cada seminario es objeto de una cuidadosa preparación, así como un manejo riguroso de los ritmos y los tiempos. Abrió constantemente espacios para preguntas, recorrió las filas en que nos ubicamos los cerca de cien participantes, en varias oportunidades, realizando correcciones y sugerencias. La cuidadosa y sistemática explicación de los movimientos, seguida por la realización de los mismos por los practicantes, durante las 5 horas diarias de práctica, dejó también espacios para el humor y la distensión. Así es que a un movimiento incorrecto del brazo, lo llamó “la cuchara que recoge helado”. Esa sencilla y dinámica señora, con aspecto de profesora de educación física y championes con colores fluo, supo, desde ese lugar mostrar su maestría técnica, y marcar claramente las reglas de seriedad y respeto que caracterizan la práctica del Tai Chi.

Junto a la sencillez también experimentamos la familiaridad, porque la Maestra Fang Hong, contó con la ayuda de un pequeño-gran colaborador: su hijo de cerca de 10 años, quién desde el comienzo, mostró su conocimiento de la forma, siguiendo la clase desde un extremo del gimnasio, y luego, pidió para ayudar desde la tarima, donde siguió y mostró cada movimiento, sirvió de partner en la demostración de aplicaciones, y en los descansos aprovechó para sentarse pegado a su cariñosa mamá.

El gran acto de cierre del seminario de San Pablo, para decirlo de alguna forma, estuvo en el seminario de Tui Shou impartido por Yang Jun el lunes 20, en la sede de la SBTCC de la calle José Ma. Lisboa. El maestro comenzó nuevamente su lección con una pequeña charla sobre conceptos, los que fue presentando a partir de preguntas a los participantes sobre los fundamentos. El principio de Ying y Yang presente en cada movimiento , su carácter relativo, el cambio continuo y la presencia de uno en otro, su mutación; el equilibrio como principio básico y como lograrlo; el abandono del yo para conocer al compañero de práctica; la acumulación de energía al ceder y su liberación en el movimiento; en fin, la ubicación e importancia del Tui Shou en la práctica del estilo y muchas otras cosas; fueron explicados en términos fáciles y directos de una forma tal, que parecían sencillos.

Entrega de certificados del seminario de tui shou

El seminario tuvo un alto nivel, los ejercicios propuestos no fueron sencillos, exigieron a fondo y a la vez enseñaron, no sólo en cuanto a los movimientos que se pudieron aprender, sino por las líneas de trabajo que se dejaron ver. El maestro no ahorró conocimientos: técnicas, movimientos y posturas, fueron mostrados, explicados y ensayados. Lo que al mismo tiempo nos permitió entender porqué Yang Jun fue elegido por su abuelo Yang Zheng Duo como sucesor de la 5ta. Generación de la familia Yang.

La profesora Angela Soci acompañaba al maestro en la demostración de los ejercicios, a la vez que traducía sus explicaciones, su naturalidad, flexibilidad y permanente sonrisa eran demostrativos de su altísimo nivel técnico, y de una personalidad que se podría afirmar, es una de las características de la escuela. Por lo que su próxima visita a nuestro país junto al profesor Roque Severino, constituirá un evento de un nivel hasta ahora no logrado en Uruguay en lo relativo a la práctica del Tai Chi Chuan.

El Seminario de San Pablo forma parte de las posibilidades de participación en instancias de formación a nivel internacional, incluidas en las múltiples actividades de difusión del estilo de la Familia Yang. Estos cursos, sumados al cuidado por la formación, actualización y certificación de los instructores, a las estrictas reglas para el otorgamiento de la acreditación de niveles de conocimiento, al trabajo constante de sistematización, documentación, investigación y desarrollo del conocimiento y su transmisión, otorgan a nuestra escuela un nivel técnico y de confiabilidad, que sin duda la destacan, en el ámbito de la práctica del Tai Chi Chuan.

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La aventura paulista (2): curso de perfeccionamiento en «O Jardim do Dharma»

septiembre 4, 2011

Luego del primer contacto con la Yang Family, establecido cuando asistimos al Seminario del Maestro Yang Jun en Sao Paulo; fuimos invitados a asistir a un curso de perfeccionamiento de la Forma Tradicional que se desarrolló durante 2 semanas en febrero de 2011.

El objetivo del mismo fue ampliar contactos con instructores de toda Latinoamérica y perfeccionar practicantes para la correcta difusión del Estilo Yang Tradicional.

Desde Uruguay asistimos al curso tres instructores, Leonardo Ratto, Loreley Gonzalez y yo, quienes compartimos el curso con cuatro venezolanos y dos peruanos.

Entrada del Jardim do Dharma

El curso se desarrolló en las afueras de Sao Paulo, cerca de la localidad de Embú, en el Jardim do Dharma, que cumple la doble función de centro de instrucción intensiva de la Sociedad Brasilera de Tai Chi Chuan y lugar de retiros para prácticas de Budismo Tibetano.

La llegada…

El lugar ubicado en la Mata Atlántica entre las sierras que rodean Sao Paulo, posee todo lo necesario para dedicarse a una práctica intensa sin tener que preocuparse de otra cosa.

Por la noche y luego de cenar temprano, solíamos ver algún video o película relacionados con la materia; a veces también realizábamos alguna tarea específica,relacionada al trabajo realizado durante el día.

Práctica al aire libre

Junto con los instructores de la SBTCC (I)

Los dos fines de semana que estuvimos, compartimos algunas actividades con grupos de más de treinta instructores brasileros que participaban de jornadas mensuales de perfeccionamiento, así como clases teórico-prácticas dictadas por el Profesor Roque Severino.

Las prácticas mayormente estuvieron a cargo de Angela Soci con la ayuda de Paula Faro.

Junto con los instructores de la SBTCC (II)

En el curso nos encontramos con un nivel de exigencia muy alto y un gran rigor en las correcciones tanto de los movimientos, como de las posturas y las transiciones.

Hay que destacar el profesionalismo y el amor por la tarea de los instructores y sobre todo de Ángela, cuya sabiduría le permite exigir con rigor pero de acuerdo al nivel de cada individuo.

Cabe destacar también el trato recibido, de una calidez humana excepcional, en un ambiente a la vez exigente y distendido cargado de buen humor y amabilidad.

El grupo de extranjeros junto con la Profesora Angela Soci

La comida sin ser lujosa era abundante, variada y de muy buena calidad preparada por Diva, una cocinera maravillosa. Las habitaciones cómodas y el lugar realmente paradisíaco.

En lo personal, más allá de los profundos sentimientos de amistad y camaradería que generó la convivencia estrecha, tanto con los instructores como con los compañeros que participaron del curso; siento que mi entendimiento del Tai Ji Quan sufrió un cambio cualitativo importante (cuando hablo de entendimiento me refiero no solo a mi mente, también a aspectos corporales y energéticos). Un cambio profundo que tal vez en otras condiciones hubiera requerido mucho tiempo.

Entonces, a seguir profundizando los lazos y que más practicantes puedan participar de este tipo de experiencias tan satisfactorias como enriquecedoras tanto para nuestra práctica personal como para la difusión del Tai Ji Quan en nuestro medio.

¡A no perdérselo!

Víctor Pagani

La aventura paulista (1): primeros uruguayos con el Maestro Yang Jun

agosto 24, 2011

Maestro Yang Jun

Para quienes tenemos nuestros pies colocados de modo irreversible en el camino del Taijiquan, la posibilidad de recibir enseñanzas directas de un verdadero Maestro de este arte, es algo invalorable. Más aún si dicho Maestro es a su vez, el heredero de alguno de los linajes originales de los Estilos Tradicionales.

Por esto, cuando recibimos la noticia de que el Maestro Yang Jun, 5° generación de Maestros de la Familia Yang y detentor actual del linaje de la misma, dictaría seminarios en Sao Paulo en el mes de octubre (2010), supimos que no era una oportunidad para dejar pasar.

Víctor y yo en la conferencia inaugural

Es así que nos comunicamos con la SBTCC, organizadora del evento, y al cabo de unos meses de preparativos (no sin cierto esfuerzo, y gracias a la inestimable colaboración de alumnos y amigos) desembarcamos en Sao Paulo.

SESC Pompeia, lugar del seminario

Luego de algunas peripecias que no detallaré (las anécdotas de viaje suelen ser más entretenidas para quien las cuenta que para quien las oye), nos alojamos en un pequeño hotel céntrico y nos dirigimos a la conferencia inaugural.

Allí tuvimos nuestro primer encuentro “en vivo y en directo” con el Maestro Yang, quien se dedicó durante las dos horas y pico que duró la misma, a contestar con paciencia y minuciosidad las preguntas que le fueron formulando los presentes. Ya en ese momento nos llamó la atención gratamente, la sencillez con que se mostró ante público, así como su esfuerzo por explicarse de un modo claro y comprensible por todos los presentes, características que permanecieron incambiadas durante toda la duración de los seminarios.

Pero sabíamos que el “verdadero baile” comenzaría al otro día, y no nos equivocamos.

Exhibición a cargo de instructores de la SBTCC

La práctica de los siguientes cuatro días fue intensa y enriquecedora.

El Maestro Yang nos fue guiando por las distintas figuras de las Formas de 103 Movimientos y Sable con paciencia y meticulosidad , haciendo énfasis en los fundamentos posturales del estilo, explicando los puntos cruciales y repitiendo una y otra vez los detalles a atender durante la ejecución de las posturas, siempre amable, siempre de buen ánimo, siempre paciente.

El trabajo era matizado por algunas pausas donde el Maestro aclaraba dudas de los presentes relacionadas con lo practicado, o daba información referente a la cultura china y a la historia de su familia, con el fin de ayudar a un mejor comprensión de los conceptos expuestos.

Entrega de certificados

Un capítulo aparte merece la excelente organización del evento, incluyendo en esto el incansable trabajo de Paula (¿qué habríamos hecho sin ti?), quien se encargó de hacer todo lo posible para que los extranjeros nos encontráramos a gusto, y a la solícita atención de los Directores de la SBTCC, Profesores Angela Soci y Roque Severino, quienes a pesar de sus múltiples obligaciones durante el seminario, siempre estuvieron atentos a que nuestras necesidades estuvieran cubiertas.

De paseo por el barrio chino con nuestro amigo Alexis (Colombia)

Merced a esto es que los participantes extranjeros tuvimos la grata sorpresa de disfrutar una cena “fuera de programa” con el Maestro Yang Jun.

En la misma se mostró interesado en la situación del Taijiquan en nuestros respectivos países y nos expresó su deseo de que este arte (especialmente el Estilo Yang) se difundiera por el mundo de un modo amplio y serio, alentándonos a que siguiéramos trabajando en este sentido.

Cena con el Maestro

Huelga decir lo trascendente que fue para nosotros este encuentro, así como todo el conjunto de los seminarios.

En este camino, a veces tan arduo y solitario, que es el Taijiquan, estos eventos son “aire fresco”, que renueva y refresca los ánimos para seguir adelante.

Continuaremos participando, si El Cielo así lo dispone, de los mismos (el Maestro Yang visita Sao Paulo una vez al año), de hecho, esperamos con ansia el próximo, pero sin duda, éste, el primero, quedará por siempre atesorado en un lugar muy especial de nuestro corazón.

Leonardo Ratto

Vivencias de un curso con la Profesora Angela Soci

agosto 19, 2011

Los días 27, 28, 29 y 30 de junio se realizó un curso de Taijiquan a cargo de Angela Soci, directora para Latinoamérica de la International Yang Family Tai Chi Chuan Association, que bajo la dirección del maestro Yang Jun tiene como objetivo transmitir fielmente el estilo Yang familiar.

Las tres primeras jornadas estuvieron dedicados al perfeccionamiento de la primera parte de la forma larga de 103 movimientos, con diversos ejercicios de calentamiento previo, así como ejercicios de Qigong, tanto estáticos como dinámicos. Y el último día fue el seminario sobre Tui Shou (empuje de manos).

La simpleza y la alegría de Angela, su soltura imponiendo la disciplina tan necesaria en la práctica, hicieron que las horas en el salón pasaran rápido y que nos fuéramos sintiendo que habíamos trabajado en serio.

El primer día, después de guiar un calentamiento y observar cómo ejecutábamos parte de la forma – y de alentarnos por la buena base que demostrábamos tener–, comenzó a mostrar y dar directivas para cada uno de los movimientos de la misma y sobre el pasaje de un movimiento a otro. Dio indicaciones externas e internas (que, naturalmente, están íntimamente relacionadas) , para lograr la postura correcta. Por ejemplo, explicó con claridad el sentido de cada movimiento y, según su intención, donde está el punto de energía, poniendo énfasis en la presencia, el estar ahí atento, haciendo todo con la intención necesaria,  buscando esa sensación que solo es posible si relajamos nuestra mente y si nos desprendemos de las tensiones corporales innecesarias en cada momento.

Así, en ese primer encuentro nos fuimos con buena parte del primer ciclo de la forma trabajado en detalle.

El segundo día habló sobre los principios básicos del Taichichuan y concienzudamente buscamos aplicarlos en la práctica.

Asimismo, esa tarde terminamos de ver la primera parte de la forma, estudiando los movimientos restantes con tanta minuciosidad como lo habíamos hecho el día anterior. Tengo la sensación de que ese día repetimos la forma mil veces y no entiendo cómo en ese tiempo acotado pudimos hacer tanto.

El tercer día, el último dedicado a la forma, hizo una especie de resumen de todo lo trabajado en los días anteriores, recordando lo principal a tener en cuenta en los ejercicios de calentamiento y de Qigong, y por supuesto en todo lo relativo a la forma. Quiero agregar que en mi caso sus indicaciones referidas a las sensaciones internas de los principios del Taijiquan fueron sumamente esclarecedoras, y el hecho de que las fuera puntualizando todo a lo largo del seminario me ayuda a integrarlas en la práctica de este estilo en particular. Me queda la sensación de permitirme espacios internos nuevos, de evitar apretarme y de airear todo mi cuerpo, en especial las articulaciones. De crecer en mi espacio y así ocupar de una manera distinta el espacio circundante.

Con respecto al seminario sobre Tui Shou, fue breve y trabajamos lo básico del empuje de manos.

Fueron explicados los principios fundamentales de ésta práctica. Tal como en la forma, todo el cuerpo se mueve coordinada y armoniosamente, la cintura, el brazo y la mano girando en sintonía para desviar el empuje del otro, o bien al empujar y al tener que adaptarnos al desvío que nos plantea el compañero.

Practicamos empuje dirigido al pecho, en un movimiento circular horizontal; empuje arriba y abajo, a la cabeza y al vientre, haciendo un círculo vertical, y en “ocho”, movimiento que en mi caso hubiera sido necesario otro día de práctica como para poder ahora decir algo. Lamentablemente, se acababa el tiempo y Angela debía regresar a Brasil.

Volviendo otra vez a mi vivencia particular, fueron reveladoras sus indicaciones sobre cómo terminar mi empuje. Naturalmente a la defensiva, dadas mis características, al terminar mi empuje me tenso por el “ataque” que ahora se me viene con el empuje del otro. Cuando practiqué con ella volvió a decirme que al terminar el empuje hay que buscar conscientemente colocar la mano de forma de que se pueda completar el círculo. Fue increíble, buena parte del miedo de que me alcancen en el empuje, de sentirme vulnerable, no sé adónde fue a parar y la energía tantas veces puesta en defenderme pasó a buscar construir la dinámica del empuje y el desvío, a vivir la alternancia del yang y el yin.

Al final hubo un tiempo para preguntas, y terminamos conversando largo y tendido sobre diversos temas relativos a la práctica y a las distintas actividades de la escuela del maestro Yang Jun.

Inés Casamayou.


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